Cómo toda Princesa Hechizada, donde vivo es una torre.
Es, como se imaginarán, mucho más alta que esta, y el paisaje desde mi angosta ventana se ve muy lejano, oculto a veces por una niebla pálida y fúnebre... Mi habitación es redonda. En ella hay una cama, un espejo, una pequeña mesa redonda y otras cosas. Del alto techo y de las paredes cuelgan sedas y tapices rojos. Me paso en la ventana la mayor parte del día. A determinadas horas una rendija en la puerta de hierro oscuro se abre, y entra la comida y el agua. Tengo libros para leer, y un baño con una ducha. A veces hay agua caliente... a veces, el agua es tan helada que me cala los huesos. Cuando intento abrir la puerta mientras me dan las comidas, azotan a mi ángel, que está en otra habitación. Escucho sus gritos. Es horrendo. Nunca más intento abrir la puerta...
(al contrario de esta imágen, tengo el pelo bien cortito, aunque rubio)
Por mi ventana, bien de mañana, veo a los caballeros pasar. Son los que van a salvar a otras Princesas. Pero yo puedo salir cuando quiera. Un poco de esfuerzo mental y mi ángel comprenderá lo que quiero, y se alejará de la torre. Cuando eso pase, La torre quedará en ruinas y sí o sí tendré que salir al desolador paisaje de cenizas... Dentro de poco lo haré.
No espero amor, busco al hechicero.
3 comentarios:
me encanta tu blog!!
esta buenisimo!
felicidades
segui adelante princesa ensorcele!! =P
besoo
Guido
es una excelente narración, te felicito. seguí adelante con tu imaginación. mae
muy lindo blogger gris¡¡¡
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