Bienvenidos, La Princesse Ensorcelée

Sí, soy una chica llena de sueños, de vuelos y mariposas; sí, tal vez esté enamorada del amor mismo... y, como todos, soy reflejo del aire que respiran nuestros Dioses. Estoy entre dos mundos, dejando atrás mi niñez, estoy ante el velo de los misterios que invitan a crecer. Que el Anciano de los Día me ayude y me proteja en mi travesía mágica. Las mariposas llegarán pronto pronto con sus colores naranjas, amarillos, ocres y azules. El mundo es cada vez más maravilloso ¿Nunca creiste volar con las Hadas? Yo ya enfrenté el miedo con mi espada dorada, ¡Libérate! Hay sentimientos que nacen del Alma y yo quiero que me acompañes en mi Felicidad!!

martes, 5 de mayo de 2009

El cantor



Aprovecho este momento para contarles un extraño suceso. Por el momento abandonaré la historia de nuestro cambiante Príncipe, y me remitiré al momento en que, acompañada de mi amiga, abandonamos al Príncipe por unos momentos para ir a buscar frutos y hierbas curativas.
Seguimos el riachuelo y nos internamos cada vez más en el bosque. Pisabamos la hierba con los pies descalzon, y sentíamos ese suave cosquilleo que en muchos libros se describe... los pájaros trinaban y olía a corteza. De pronto, como si de una invocación o un hechizo se tratara, escuchamos una voz más adelante. Era una voz melodiosa, y cantaba al viento:

Je suis le Ténébreux, - le Veuf, - l'Inconsolé,
Le Prince d'Aquitaine à la Tour abolie :
Ma seule Étoile est morte, - et mon luth constellé
Porte le Soleil noir de la Mélancolie.

Dans la nuit du Tombeau, Toi qui m'as consolé,
Rends-moi le Pausilippe et la mer d'Italie,
La fleur qui plaisait tant à mon coeur désolé,
Et la treille où le Pampre à la Rose s'allie.


Y a nuestros oídos llegaba la suave música, las enigmáticas palabras del cantor. Avanzamos lento, sin querer interrumpir. La Princesa de la Torre Cercana sonreía a mi lado. Nos asomamos al claro por entre dos altos cedros.


Suis-je Amour ou Phoebus ?... Lusignan ou Biron ?
Mon front est rouge encor du baiser de la Reine ;
J'ai rêvé dans la Grotte où nage la Sirène...

El cantante nos miró, sentado en el suelo, entre el suave cesped y los frutos demaciado maduros que habían caído de los árboles. Nos sonrió, y siguió su canto, aunque parecía hablar mas estaba cantando...


Et j'ai deux fois vainqueur traversé l'Achéron :
Modulant tour à tour sur la lyre d'Orphée
Les soupirs de la Sainte et les cris de la Fée.

Nos invitó a sentarnos con él. El canto había concluido. Nos aproximamos en silencio: ¿qué decir después de tanto esplendor de sonido? Por suerte, el viento susurró entre las hojas rompiendo el encantamiento.

_ ¿Princesas de la Ciudad?_ la voz no era la misma, pero sonaba igualmente bien.
_ de las Torres. De la Ciudad de las Torres.
_ ¿Cómo han salido?_ si estaba extrañado, lo ocultaba bien.
_ Simplemente lo hemos hecho...
_ Un hechizo pesa sobre tí, muchacha_ me miró, adivinando en mis ojos_ buscas al hechicero.
_ Así es...
_ Todos buscamos algo..._ había melancolía en su voz. Lo miré de soslayo, y sonreí al responder.
_ Todos.
_ He recorrido tierras, mares, me he internado en bosques, en tabernas... sin embargo, no encuentro lo que quiero.
_ ¿Qué buscas?
_ La Puerta
_ ¿La Puerta?_ preguntó mi amiga.
_ Exactamente, la Puerta. Quiero salir de este mundo.
_ ¿Por qué? Si sales, nunca conseguirás el equilibrio. Está asegurado, el mundo confabulará contra tí.
_ Eso es precisamente lo que quiero. Soy un bohemio, necesito de un mundo de noches eternas, de licores de fuego, de mujeres con savor a rosas. Si me es preciso salir a la noche de allá y volver luego a la de aquí... con la oscuridad de la puerta misma me conformaría.
Lo miramos extrañadas. Sin embargo, el bardo se había alejado con su mente de nosotras, y al parecer, buscaba la puerta.
_ Ahora he de partir. Ustedes no tienen la respuesta. Tal vez algún día me ayuden a volver. Adios. Au revoir, mesdemoiselles!! suerte en sus búsquedas!
_ Au revoir, monsieur le barde.

Y así terminó el extraño encuentro. Tal vez más tarde nos rencontráramos, en un mundo u en el otro, pero por el momento no podíamos seguirlo: ya bastante con el Príncipe y el hechicero. Además, seguramente mi amiga también buscaría algo, aunque eso, todavía no me lo había confesado.



(Con un poco de esfuerzo, mi amiga y yo traducimos toda la letra de esa canción del mundo terreno llevado al otro mundo, y traído por nosotras de vuelta. Es un poema de Gérard de Nerval:

Yo soy el Tenebroso, -el viudo-, el Sin Consuelo,/Principe de Aquitania de la Torre abolida:/Mi única estrella ha muerto, y mi laúd constelado/lleva en sí el negro sol de la Melancolía.
En la Tumba nocturna, Tú que me has consolado,/devuélveme el Pausílipo y el mar de Italia, aquella/flor que tanto gustaba a mi alma desolada,/y la parra do el Pámpano a la Rosa se alía.
¿Soy Amor o soy Febo?.. Soy Lusignan o ¿Byron?/Mi frente aún enrojece del beso de la Reina;/he soñado en la Gruta do nada la Sirena...
He, doble vencedor, traspuesto el Aqueronte:/Modulando unas veces en la lira de Orfeo/suspiros de la Santa y, otras, gritos del Hada.)



Quedaría en nuestro recuerdo para siempre la voz del extraño personaje...

No hay comentarios: