Bienvenidos, La Princesse Ensorcelée

Sí, soy una chica llena de sueños, de vuelos y mariposas; sí, tal vez esté enamorada del amor mismo... y, como todos, soy reflejo del aire que respiran nuestros Dioses. Estoy entre dos mundos, dejando atrás mi niñez, estoy ante el velo de los misterios que invitan a crecer. Que el Anciano de los Día me ayude y me proteja en mi travesía mágica. Las mariposas llegarán pronto pronto con sus colores naranjas, amarillos, ocres y azules. El mundo es cada vez más maravilloso ¿Nunca creiste volar con las Hadas? Yo ya enfrenté el miedo con mi espada dorada, ¡Libérate! Hay sentimientos que nacen del Alma y yo quiero que me acompañes en mi Felicidad!!

martes, 12 de mayo de 2009

La Princesse Ensorcelée ( tomo I, capítulo 5)

Ya era de noche nuevamente. La Luna brillaba, naranja, enorme. A mi lado la Princesa de la Torre Cercana miraba las estrellas. Cerré los ojos, iba a viajar con la mente por el enorme bosque. Hice lo que aprenden a hacer todas las Princesas de la Ciudad de las Torres:
Me senté, cómoda... entrecerré los ojos, respiré hondo. Puse mis manos sobre el pollerón que cubría mis rodillas, descansé.

Me concentré en todo lo que escuchaba: el canto de los grillos, el viento casi imperceptible entre las hojas, algún animal pequeño pisando los pastos, la respiración de la Princesa, a mi lado.
Luego comencé a sentir. Sentí la tela entre mis manos, sentí el viento, el aire frío, el pasto bajo mis pies descalzos, el calor del cuerpo de mi amiga, la rugosidad del árbol en el que me había apoyado.

Entonces, sin previo aviso, me sumergí en el mar de mis pensamientos. Caminé por la oscuridad, llegué hasta una enorme puerta que parecía una boca de lobo. Entré. Tantee las paredes, y mis dedos se movieron involuntariamente sobre el vestido. Caminé un trecho, doblé hacia la izquierda, llegué a una puerta muy chica, y la abrí.





Silencio



Eran las sombras... las sombras que rodeaban a mi Príncipe. Me susurraron al oído frases extrañas. Entonces entendí, comprendí todo, dejé de ser vulnerable. Solo me faltaba ir hacia él... pero las sombras, lejos de ser mis amigas, buscaban desesperadamente verme sangrar la sangre azul de los nobles. La desean...

Lo siento, sombras, soy una Princesa Hechizada, mi sangre es roja como la de las personas normales. No me morderé el labio para mancharme de azul, mi sangre no huele a romero, ni tiene el color de sus flores.




_ ¿Princesa?
_ Ya volví, no te preocupes_ le sonreí abriendo los ojos. La vuelta había sido brusca, no había respetado el camino inverso.
_ ¿Fuiste a verlo?
_ No, me dedique a buscar algo dentro mío...
_ Ah, era eso_ miró las estrellas. Su cabellera negra brillaba_ hace mucho que no lo hago.
_ Pareciera que siempre lo estás haciendo_ le sonreí.
_ Soy realista.
_ No digas eso... nosotras... somos la frontera entre la realidad y lo ficticio...



...Me he encontrado con las sombras...





Ya sé, no es una razón para alegrarse, ¡¡pero estoy feliz!! He
encontrado mi espada, y ahora no soy vulnerable, ¡soy libre! Y tus opciones se
han acortado. Ahora puedes agarrar la espada que he clavado a tus pies y luchar
por mí, tratar de defenderte con ella o ignorarla y abrazarme, para después
separarnos. Pero ya no puedes atravesarme y clavarme al suelo con ella. Parece
que las sombras nos han acobardado, ¡pero fueron ellas quienes me dieron mi
arma perfecta! Es hora de sacarnos las caretas ¿escuchas? Sigo sin poder
acercarme a tí, pero si no puedo comunicarme de otra forma tendré que
hacerlo... Ya he sacrificado bastante, y estas cosas hay que pararlas antes de
que causen más daño. A los dos. Por otra parte, ya no tengo nada que perder,
¡más bien algo que recuperar !

¡¡Es una promesa, te quiero ver FELIZ!!






La peor de las torturas, es la incertidumbre.





._. La Princesse Ensorcelée ._.




No hay comentarios: