Un colibrí. Un alegre pajarillo, del color de la esperanza,
que vi volar a mi lado
cuando mi corazón había perdido
rumbo, y camino...
De noche ya, me revolví en el cesped para un lado y para el otro tratando de dormirme, mientras las sábanas se revolvían sobre mí. A unos metros de mi el Príncipe dormía plácidamente, como si sus ojos no pudieran escapar al sueño. Miré las estrellas.
_ ¿Qué hago...?_ me pregunté. ¿Qué iba a hacer ahora? Me dí vuelta para no ver al Príncipe, y mi mente se perdió en el bosque y poco a poco... lentamente... dejé de escuchar el sonido del viento en los árboles, y el ruido del crugiente césped bajo mi cuerpo.

Vuela, luz de esperanza.
"Retumbando en las oscuras cabernas, su pedido se extiende como un manto de ruegos, como un manto de sueños. Lo único que pretende es entender su corazón. Y cuando los dos extremos de los que tiran sus sentimientos se junten, y el dilema exija con gran ánsia una solución, el destino será decidido, las estrellas se acomodarán...
Lo único que desea es encontrarte, sigue esperándoe... Espera a alguien que vió una vez, en los inframundos de los cristales de sus sueños. Busca una sonrisa, busca un espíritu valiente, observa las Almas a través de ventanas al corazón, esperando vislumbrar una suave luz, esperando llena de esperanzas ver el resplandor de un par de ojos sagaces, un par de ojos que, como los de ella, buscan.
Espera reconocerte, espera que la reconozcas... sueña, porque solo en sueños puede verte, porque en todo momento te ama, porque ya no puede seguir así. Solo busca Amor, solo un amor... Uno, por los Dos."
En medio del silencio, un susurro
... Mi ángel...